Un grupo de hombres está en el gimnasio de un club cuando
suena un móvil. Uno de ellos contesta y pone el teléfono en manos libres para
poder seguir levantando pesas: ¿Si?
Querido,
¿eres tú? ¡Se oye horrible!
¡Hola,
hola, hola!
¿Estás
en el gimnasio?
Sí.
Mi
amor, estoy frente al escaparate de una tienda y hay un abrigo de visón
precioso. ¿Puedo comprármelo?
¿Cuánto
cuesta?
Como
unos 3.000 €
¡Bueno!
Cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.
Bueno,
resulta que también pasé por un concesionario de automóviles y pensaba que ya
es hora de cambiar el coche, así que entré y pregunté. ¿A que no sabes qué?
Resulta que tienen un BMW en oferta y es el último que les queda.
¿Y
de cuanto es esa oferta?
Sólo
55.000 €. Y es divino.
Bueno,
cómpralo, pero que te lo den con todos los extras y si sale un poco más, como
algo excepcional, no me voy a enfadar.
La mujer, viendo que hoy todos sus pedidos 'colaban',
decidió arriesgarse: Cariño, ¿te acuerdas que te conté que mamá quería venirse a
vivir con nosotros? ¿Te parece bien que venga un mes, a prueba, y el mes que
viene lo volvemos a hablar?
Bueno,
está bien, pero no me pidas nada más hoy, ¿eh?
Sí,
sí, está bien. ¡Cuánto te adoro, mi amor!
Yo
también te quiero. Un besito, cariño.
Al colgar el teléfono, el hombre mira al grupo y
pregunta: ¿Alguien
sabe de quién es este móvil?