Un ventrílocuo
se quiere retirar del mundo del espectáculo y comprarse una granja.
Mientras un
granjero le enseña la suya, la cual está en venta, decide gastarle una broma.
Cuando pasan al
lado del caballo, dice: Este tío esta gordo como una foca, me destroza cada vez que
se me sube.
El granjero se queda
colorado y sorprendidísimo y le sigue enseñando la granja al ventrílocuo.
Al pasar junto a
los cerdos, dice: A ver si le vendes la granja a este tipo, porque hueles mal y
no te aguantamos más.
El granjero se queda
de nuevo coloradísimo y sorprendido pero le sigue enseñando la granja. De
repente le dice al ventrílocuo: Ahora vamos a ver a la cabra, pero no crea nada de lo que le
diga, porque es una mentirosa incorregible.
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