Cuando
Dios creó el mundo dio a los hombres dos virtudes, así:
A
los yanquis los hizo
ordenados y respetuosos de la ley.
A
los alemanes los hizo tenaces
y estudiosos.
A
los japoneses trabajadores y
pacientes.
Y
así sucesivamente con cada uno de los pueblos.
Cuando
llegó a los españoles: Serán inteligentes, honestos y políticos.
Terminado
de crear el mundo, el ángel se sorprendió al oírlo y: Señor,
ha dado a todos los pueblos del mundo dos virtudes; pero a los españoles les ha
otorgado tres. Eso hará que ellos prevalezcan por encima de todos los pueblos
del mundo.
Es cierto; pero los dones de Dios no pueden quitarse. Hemos
de solucionarlo. De ahora en adelante los españoles conservarán las tres
virtudes, pero ninguno podrá ejercer más de dos virtudes simultáneamente. Así,
desde este momento:
1 - El español que
sea político y honesto no podrá ser inteligente.
2 - El que sea
inteligente y político no podrá ser honesto.
3 - Y el que sea
inteligente y honesto jamás podrá ser político.
Hasta ahora, la voluntad de Dios, se cumple a
rajatabla.
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