Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle
una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi
choca con un camión, se sube a la acera, se mete en un escaparate haciendo
trizas los cristales. Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el
taxista: Mire amigo, jamás haga eso otra vez. Casi me
muero del susto.
El pasajero le pide disculpas y: No pensé
que fuera a asustarse tanto si le tocaba el hombro.
Lo que pasa es que
es mi primer día de trabajo como taxista.
¿Y qué hacía antes?
Fui chofer de una
funeraria durante 25 años.
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