Frank estaba deseando
estrenar su nuevo rifle, así que se fue a cazar osos.
Avistó un pequeño
oso marrón y le disparó. Enseguida sintió un golpecito sobre su hombro, se dio
vuelta y un gran oso negro le dijo: Tienes dos opciones: O te golpeo hasta matarte o tenemos
sexo. Elige.
Frank se agachó y
aunque tuvo dolores dos semanas, se recuperó y juró venganza.
Inició otra cacería,
encontró al oso negro y le disparó. Enseguida sintió un golpecito sobre su
hombro, se dio vuelta y un enorme oso grisáceo le dijo: Tienes dos opciones: O te golpeo hasta matarte
o tenemos sexo. Elige.
Otra vez, Frank
pensó que era mejor cumplir. Aunque sobrevivió, pasaron algunos meses hasta que
se recuperó. Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque, logró encontrar al oso
grisáceo, lo apuntó y le disparó. Se sintió feliz por la venganza, pero sintió
un golpecito en el hombro. Se giró y vio un gigantesco oso polar mirándole
fijo, que le dijo: Admítelo Frank, tú no vienes aquí a cazar, ¿verdad?
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