Un avión de las ‘Bilbao Air Lines’ única compañía
aérea con pilotos sólo de Bilbao se acerca al aeropuerto de Madrid-Barajas y
avisa por radio: Torre de Barajas, aquí Bilbao Airlines, vuelo
523, solicitamos permiso para aterrizar.
Autorizado para aterrizar en Pista 033
derecha. Precaución, no apuren toda la pista. El final de la pista se encuentra
en obras.
¡Ahivalaostia! No te preocupes chaval,
somos de Bilbao, y si nos ponemos somos capaces de aterrizar con la mitad de la
pista, si hace falta. ¿Qué te has creído? (por lo bajini) ¡Mandagüevos, estos
de Madrid...!
El avión inicia la maniobra y descubren que la
pista es muchísimo más corta de lo que habían imaginado. Desesperados, los
pilotos, echan mano de todos sus recursos, flaps extendidos, aerofrenos,
retropropulsores…
Se acaba la pista y empiezan a detectar pinchazos
de ruedas, se rompe parte del tren de aterrizaje y el avión avanza arrastrando
el fuselaje por la tierra...
Pese a todo el aparato se detiene a unos
milímetros del fin de pista, claro, que para eso son de Bilbao, y si me apuras,
del Athletic incluso.
Secándose el sudor, el comandante del avión
exclama: ¡Serán cabrones, Patxi! ¡Joder! Sí que era
corta la pista, ¿no?
Y el copiloto, (que era del mismísimo Baracaldo)
mira a la derecha, mira a la izquierda y dice: ¡Joder, Aitor¡ ¡Que has aterrizado a lo anchooooo...!
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