Juan
y su esposa están a punto de meterse en la cama.
La
mujer se para frente al espejo, se mira y comenta: ¿Sabes
Juan? Me miro en el espejo y me veo fea, tengo arrugas en la cara, los pechos
se me están cayendo, las nalgas también, tengo las piernas gordas y los brazos
flojísimos.
Se
da la vuelta y mirando a Juan: Sé bueno, dime algo
positivo, algo que me haga sentir mejor.
Juan
la observa detenidamente, piensa un momento y: Pues de
la vista andas divinamente.
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