Durante una visita médica de rutina, el doctor, ya entrado
en años, examinando a una joven y bella mujer le dice: Su corazón, sus
pulmones, su pulso y presión sanguínea…, están en perfecto estado.
Y, dándole la espalda, agrega: Ahora déjeme ver esa cosita que a Vds., las
mujeres, siempre las mete en toda clase de problemas.
La chica comienza a desvestirse y, cuando el médico se
vuelve, la sorprende a punto de quitarse las bragas. Entonces le dice: ¡No, no, no, por
favor! Póngase su ropa, nuevamente. Yo solo quiero que me enseñe la lengua.
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