Un niño
moro en clase.
¿Cómo
te llamas?
Mohamed.
Y
dime Mohamed, ¿te gustaría ser español?
Sí
señorita.
Bueno,
pues a partir de hoy aquí serás español y te llamarás Juan.
El niño se
va muy contento para casa y cuando llega su le dice: Papá, papá, que ya
no soy moro ni me llamo Mohamed, ahora soy español y me llamo Juan.
¡Plaff! El
padre le pega un tortazo y Tú te llamas Mohamed y eres moro.
¡No!
Me llamo Juan y soy español.
¡Plaff!
Otra bofetada...
El niño al
día siguiente en clase con un ojo morado: Pero Juan, cariño, ¿qué es lo que
te ha pasado?
Pues
ya ve señorita, el primer día como español y ya he tenido problemas con los
putos moros...
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