Una pareja de catalanes acude a
la consulta de un eminente terapeuta sexual en Sevilla: Doctor, creemos tener un problema. ¿Podría
usted observarnos mientras tenemos un coito?
El sexólogo acepta, y mira por
un agujerito que tiene preparado en la pared para esos casos, mientras la pareja
realiza un coito totalmente normal, incluso muy apasionado.
Cuando la pareja termina, el
sexólogo: No hay
nada de malo en la forma de como ustedes hacen el coito.
Gracias doctor, ¿qué le debemos?
Son 42 euros.
Esto sucedió durante varias
semanas seguidas. La pareja solicitaba una cita, llegaban, tenían su coito sin
problemas, pagaban al doctor y se iban.
Finalmente, ya extrañado, un
día: Perdonen,
les llevo observando bastante tiempo y creo que no tienen ningún problema
sexual. La verdad es que me vienen bien mis honorarios, pero si he de ser
honrado, tengo que decirles que ya pueden dejar de venir a menos que me digan
si notan algo extraño y ver qué es exactamente lo que ustedes están
buscando.
Muy fácil: Ella está casada y no podemos ir a
su casa. Yo estoy casado y no podemos ir a mi casa. El hotel Los Lebreros cobra
120 euros, el Macarena 102 y el Alfonso XIII 240 euros. Aquí lo hacemos por 42
euros, y encima SANITAS me cubre el 80%.
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