Papá, encontré al amor de mi vida y me
voy a casar.
¿Y quién es ella?
Cipriana, la hija del carnicero.
¿Cipriana? Hijo, lo siento, pero con
esa chica no te puedes casar; es tu hermana. Yo de joven vivía la vida,
esperaba no tener que revelarlo esto nunca, pero ahora no me ha quedado más
remedio.
El pobre hijo se va
enojado, pues sabemos lo difícil que es encontrar al amor de la vida.
Pero al cabo de 8
meses encuentra otra muchacha candidata a compartir el resto de su vida y
decide ir a contarle la buena nueva al padre.
Papá, ahora sí, he encontrado al amor
de mi vida y me voy a casar.
¿Y quién es ella?
Maruchi, la hija del zapatero.
¿Maruchi? Hijo, discúlpame, no sé cómo
decírtelo pero ella también es tu hermana.
Pero, papá, ¿qué clase de hombre
fuiste?
Hijo, compréndeme, yo era joven, tu
madre y yo no atravesábamos un buen momento y en fin...
Nuevamente jodido
hasta la médula, deja a la segunda novia.
Al año y medio se
recupera y vuelve con una nueva candidata.
Papá, encontré al amor de mi vida y me
caso definitivamente.
¿Y quién es ella?
Martita; es huérfana de madre y además
es negra.
¡Noooooo!
Papá, no me digas, ¿también es mi
hermana?
Hijo, sucede que siendo joven, fui
voluntario en la Cruz Roja, tú eras un bebé, tu madre y yo...
El hijo no lo
soporta más y se va llorando a su dormitorio. Alertada por los sollozos, se
acerca la madre, y el hijo destrozado, le cuenta sus tres intentos de casarse.
Hijito querido, cásate con quien se
te antoje.
¿Cómo?
¡Ese tipo no es tu padre!
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