Como
Mariano va a ir a Barcelona, sus amigos le dicen que tenga mucho cuidado porque
a los catalanes les encanta el dinero e intentarán estafarle en cuanto le vean
la cara.
Llega a
Barcelona y se va a pasear por el puerto cuando le sale un macarra: Passsa, colega. Ya
sabes que hay que pagar un euro por cada barco que veas.
Pues no, no lo
sabía.
Pues bueno, tronco,
ves contándolos y al irte me pagas.
Mariano
sigue paseando y cuando se va a ir se encuentra de nuevo con este sujeto.
¿Qué? ¿Cuántos
barcos has visto?
Cincuenta. Toma,
aquí tienes lo 50 €.
Chachi, colega. Nos
vemos.
Y al irse,
Mariano piensa: Jo, y luego dicen que los de mi pueblo somos tontos; si
supiese que realmente he visto 100 barcos...
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