En lo alto de una montaña, un dominguero se encuentra a
Mariano cuidando de sus ovejas, y por entablar una conversación, le dice: Buen hombre, ¿le
dan mucha lana las ovejas?
¿Cuáles, las blancas o las negras?
Pues, las negras mismo lana.
Sí, sí que dan bastante.
¿Y las blancas?
También.
El hombre extrañado, pregunta de nuevo: Buen hombre, ¿comen
mucho estas ovejas?
¿Cuáles, las blancas o las negras?
Pues, las blancas mismo.
Sí, sí que comen bastante.
¿Y las negras?
También.
¿Y le dan mucha leche las ovejas?
¿Cuáles, las blancas o las negras?
Pues, las negras mismo.
Sí, sí que dan bastante leche.
¿Y las blancas?
También.
El hombre mosqueado dice: ¿Por qué siempre me dice que si las blancas o
las negras?
Porque las blancas son mías.
¿Y las negras?
También.
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