Agustín fue citado para una investigación fiscal de
Hacienda. Asustado, le pregunta a su contable de qué manera debería ir vestido:
Usa harapos, para
que piensen que estás en la ruina, replicó el contable.
Cuando le pregunta a su abogado, este le dijo
exactamente lo contrario: No dejes que te intimiden, usa tu mejor traje y corbata más
elegante. Una buena presencia da credibilidad y ayudará a entablar una relación
más amistosa con el inspector.
Confundido, Agustín decide preguntar a su mujer, le
cuenta de los dos consejos opuestos y le pide su opinión, que fue: Déjame contarte una
historia. Cuando estaba a punto de casarme contigo, le pregunté a mi madre qué
ponerme la noche de bodas y me dijo: Ponte una bata pesada, de franela, que te
llegue al cuello, ello hará que te respete.
Pero cuando le pregunté a mi mejor amiga, me dio
otro consejo opuesto: Ponte el salto de cama más pequeño que tengas, transparente
y con un escote que te llegue hasta el ombligo, eso hará que te desee y
afianzará vuestro amor.
Agustín protesta: Pero mi amor, ¿qué tiene que ver eso con mis
impuestos?
Pues
que no importa cómo te vistas, te van a joder igual.
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