SEMENTALES

Mariano y su esposa fueron a una Feria Agrícola y pasaron frente a la exposición de toros sementales.

Se acercaron al primero y en su letrero decía:

ESTE TORO SE APAREÓ 50 VECES AL AÑO.

La esposa le golpeó juguetonamente con el codo en las costillas, sonrió y me dijo: Se apareó 50 veces al año.

Caminaron ante el segundo toro, que tenía un letrero que decía:

ESTE TORO SE APAREÓ 150 VECES EL AÑO PASADO.

Golpeándole menos juguetonamente en las costillas le dijo: ¡Es más de 2 veces por semana, de él sí que debieras aprender!

En el siguiente toro, su letrero decía:

ESTE TORO SE APAREÓ 365 VECES EL AÑO PASADO.

La mujer estaba tan excitada que casi le rompió las costillas con el codo y dijo: Eso es una vez al día, ahora sí que deberías aprender de este toro.

Mariano, ya molesto la miró y le dijo: Anda y pregúntale si fue con la misma vaca.

Mi estado de salud ha mejorado últimamente de crítico a estable, por gili...

EL HUERTO DE GETSEMANÍ

Don Herminio, el cura: ... Y para que os podáis hacer una idea de lo paciente que era nuestro señor, os contare una historia real que ocurrió en el huerto de Getsemaní.

“Pues estaba nuestro señor Jesucristo de tertulia con los apóstoles cuando de pronto llegan 500 fariseos al huerto de Getsemaní y nuestro señor, que era muy paciente, atendió a todos y cada uno de ellos. Al poco tiempo, cuando ya se habían ido los 500 fariseos, llegaron 800 judíos al huerto de Getsemaní y Jesucristo, que era muy paciente, a todos atendió y consoló. Y al rato, un pelotón de 1000 romanos pasó por el huerto de Getsemaní y nuestro señor que era muy paciente, les conto una parábola a cada uno de ellos”.

¿Qué? ¿Habéis comprendido ya lo paciente que era Jesucristo?

Mariano que estaba en primera fila: Coño, para paciente el Getsemaní, que le pisotearon el huerto y no dijo nada.

CARADURA

Don Herminio, el cura, se presenta todos los días 'casualmente' a la una de la tarde en casa de Mariano.

Siempre dice: ¡Ummmm! ¡Qué bien huele! ¿Qué tienen para comer?

Pues mire, padre, hoy tenemos cocido. Quédese.

Bueno hijo, no puedo rechazar la oferta.

Y así un día tras otro. Un día por el olor de la fabada, otro por el olor de la paella..., el caso es que siempre se quedaba a comer.

Oiga, padre, ¿a qué distancia está el cielo? ¿Está muy lejos?

Si hijo. Imagínate que si tirásemos una piedra desde el cielo hasta la tierra tardaría unos quinientos millones de años en llegar hasta nosotros.

Eso será porque es una piedra, que si lo que tiramos es un cura a la una menos cuarto, seguro que a la una en punto está aquí para comer.

¿HOMOSEXUAL?

Doctor, tengo un problema, no sé si soy homosexual, y quería saber si me puede hacer Vd. un test para saberlo.

Bueno, vamos a ver. El médico le agarra un testículo y: diga noventa y nueve.

Noventa y nueve.

El médico le agarra el pené y: diga noventa y nueve.

Noventa y nueve.

El médico le mete el dedo en el culo y: diga noventa y nueve.

Uno... dos... tres...

LOS MURCIÉLAGOS

Tres párrocos conversando del problema que tenían con los murciélagos en sus respectivas parroquias y de cómo eliminarlos definitivamente.

El primero: Yo agarré un rifle, dispare a todos los murciélagos, pero lo único que logré fue llenar de hoyos la parroquia.

El segundo: Yo les puse veneno y se fueron por un tiempo, pero después regresaron con más fuerza.

El tercero todo sonriente: Yo ya lo solucioné; agarre a todos los murciélagos, los bautice, los confirme, y no los he vuelto a ver jamás.

CRISIS AVÍCOLA

En Italia hay crisis y el sector de la avicultura está arruinándose, así que un día un representante de las granjas de pollos va a ver al Papa y le dice: Santidad, mire, estamos dispuestos a hacer un donativo a la Iglesia de un millón de dólares si cambia la Biblia, y donde dice "el pan nuestro de cada día" ponen "el pollo nuestro de cada día".

No es posible.

Bueno, diez millones.

No es posible. No podemos manipular la palabra de Dios.

Cien millones.

De acuerdo.

Unos días después, el Papa se reúne con el Consejo General del Vaticano y: Tengo una noticia buena y otra mala. La buena es que hemos ganado cien millones de dólares. La mala es que hemos perdido nuestro contrato con el gremio de panaderos.