miércoles, 30 de agosto de 2017

VAYA SUERTE

Raquel trabajaba en un club de la ciudad y vivía con su madre. Cierto día salió con un tipo y al final de la velada éste le regaló un abrigo de piel. Como no lo puede justificar ante su madre el abrigo, le dijo: Mamá, no sabes, hoy sortearon en la oficina un abrigo de piel, y me tocó a mí.
Qué suerte nena, qué suerte.
Días más tarde, salió con otro tipo y éste le regaló un juego de pendientes. Para justificarlo, le dice a su madre: Mamá, no te lo vas a creer, ayer estando en la estación esperando al tren, a un señor le compre una rifa y me tocó este juego de pendientes.
Pero, nena, qué suerte que tienes.
En otra ocasión, un tipo le regala una pulsera, y la chica para no quedar mal con la madre le dice: Mamá, la verdad que esto es increíble, hubo en la oficina una rifa desquite, para los que no habían ganado el abrigo de piel, y gane yo otra vez, gané esta pulsera.
Nena, nena, por Dios, qué suerte.
Cierto día, estando las dos en el salón, Raquel se levanta y le dice a la madre: Mamá me voy a dar una ducha.
Nena, enjuágate bien el talonario, que me hace falta un televisor en color.

viernes, 25 de agosto de 2017

EL TIC DEL CURA

El cura del pueblo tiene un tic muy marcado en un ojo, y un día uno de los feligreses le dice: Debería curarse ese tic, señor cura. Cuando usted dice en la iglesia, que no hay que desear la mujer del prójimo y cierra el ojo, todos creen que es un guiño y lo malinterpretan. Vaya a una clínica a la capital y allí lo curarán.
El sacerdote llega de noche a la gran ciudad, y en la terminal aborda un taxi: Lléveme a un hotel serio por favor (y guiña el ojo, con lo que el taxista, creyendo adivinar, lo lleva a una casa de mala nota). Allí la patrona le pregunta: ¿Prefiere que le envié a su cuarto una rubia o una morena?
¡Yo no quiero mujeres en mi cuarto! (Y tic, tic) ¡Ni rubias ni morenas! (Y tic, tic) ¡Entiéndalo bien! (Y tic, tic).
Sí, claro que lo entiendo, responde la señora y asomándose al pasillo, grita: íGLADIOLO, VEN PARA ACÁ!

domingo, 20 de agosto de 2017

EL PAPA O FIDEL

Fidel Castro muy enojado y preocupado llama a Juan Reinaldo, su jefe de seguridad.
¿Qué le pasa mi Comandante?
Mañana se va el Papa de Cuba y todo el mundo tiene puestos sus ojos en él, nadie pone atención en mí y eso me preocupa mucho.
¿Y qué quiere que yo haga mi Comandante?
No sé, busca la manera de que la gente ponga atención en mí y no en el Papa. Hoy voy a ir en el papa-móvil junto con él por las calles y quiero que vea como mi pueblo me aclama.
No se preocupe, deje eso de mi cuenta.
Al día siguiente, cuando comienza a moverse la caravana, la gente gritaba: "¡FIDEL, FIDEL, FIDEL...!" por todos los sitios por los que pasaban.
Se va el Papa de Cuba y Fidel muy contento llama a Juan para felicitarle por el trabajo tan bueno realizado y le pregunta: Estoy muy sorprendido por tu trabajo, Juan, pero, ¿cómo lograste que la gente me pusiera atención y gritaran FIDEL con tantas ganas?
Muy sencillo, Comandante, yo iba detrás de ustedes con un cartel que decía: ¿QUIEN QUERÉIS QUE SE VAYA? ¿EL PAPA O FIDEL?

martes, 15 de agosto de 2017

COJONES

Un alemán viaja a España por razones de trabajo y un cierto día entra a cenar en un restaurante madrileño: ¿Qué va a tomar el señor?
Quería el plato especial de la casa.
Le traen un plato con patatas, maíz y dos objetos carnosos.
¿Qué es esto?
Cojones, señor.
¿Qué cosa es cojones?
Cojones, son los testículos del toro que perdió la pelea en la arena esta tarde.
Al principio el cliente se disgustó, después decidió aventurarse, lo probó con delicadeza y se quedó asombrado, lo encontró delicioso.
Lo halló tan bueno que decidió volver a la noche siguiente y pedir lo mismo otra vez. Pero en esta ocasión los objetos carnosos eran mucho más pequeños, por lo que le dijo al camarero: ¿Qué es esto?
Cojones, señor.
No, no, los cojones que usted me sirvió ayer eran mucho más grandes que éstos.
Señor, no siempre es el toro el que pierde.

jueves, 10 de agosto de 2017

LA BIBLIA

Tarde de invierno. Hotel de una capital de provincia. Llueve mansamente sobre las calles desiertas. Después de haber comprobado que no hay fútbol en la tele, que el hilo musical no funciona y que ha agotado el mueble-bar, hojea distraídamente una Biblia que hay sobre la mesita de noche.
Parece animarse y descuelga el teléfono.
¿Recepción? Buenas tardes, señorita. ¿Tienen horario de trenes?
Pues no, lo siento.
No importa, gracias. Por cierto, ¡qué voz tan agradable tiene usted! ¿A qué hora termina su turno?
Nuestro héroe, echando mano de toda su labia, convence a la telefonista para que se tome una copa en su habitación.
La telefonista sube y naturalmente terminan en la cama.
Después de hacer el amor, la telefonista, con ojos risueños, dice: ¡Quién me iba a decir a mí que iba a terminar en la cama contigo! Si apenas nos conocemos...
Pues yo lo sabía. Está escrito en la Biblia.
¿En la Biblia? ¡Qué me dices! ¿En qué capítulo? ¿En qué versículo?
No, no, aquí en la primera página, escrito a bolígrafo:

sábado, 5 de agosto de 2017

GORILA Y LEÓN

Un tipo va paseando por el zoológico, y de repente el gerente del zoo lo para y le dice: Le ofrezco 5000 € si se pone una piel de gorila y simula como tal.
El gerente le explica que el anterior se había muerto y que se tarda mucho en traer otro.
Ok, por ese dinero me visto de lo que sea.
Así que el tipo se pone la piel, se mete a la jaula y se sienta. Pasan unos chicos del colegio y le empiezan a gritar al gorila: ¡Ese gorila no sirve! ¡No hace nada gracioso! ¡Sáquenlo de ahí!
El gerente se le acerca y le dice: Haz algo, cualquier cosa, que no te descubran.
El tipo mira una cuerda, se cuelga de ella y empieza a mecerse y a mecerse hasta que se corta la cuerda y el tipo va a parar a la jaula de leones.
Ve que el león se le va acercando agazapado, entonces empieza a gritar: ¡Auxilio! ¡Sáquenme de aquí, por favor! ¡No soy gorila! ¡No soy gorila!
Cuando el león está a sólo a un paso le dice: ¡Cállate capullo, que nos van a descubrir a los todos!