sábado, 30 de agosto de 2014

LECCIÓN DE RACIOCINIO

Un hombre estaba sentado en el avión al lado de una tierna niña, miró a la niñita y le dijo: Charlemos, he oído decir que los vuelos parecen menos largos si uno conversa con la persona que tiene al lado.
La pequeña, que acababa de abrir un libro para ponerse a leer, lo cerró lentamente y dijo con voz suave: ¿Sobre qué le gustaría conversar?
Pues no sé, ¿qué tal de 'física nuclear'?
Bueno, ése parece ser un tema interesante, pero antes déjeme hacerle una pregunta: Un caballo, una vaca y un borrego comen lo mismo: hierba; pero, el excremento del borrego es como bolitas pequeñas, el de la vaca es una plasta y el del caballo parece una pelota de pasto seco. ¿Por qué cree Vd. que sucede eso?
El hombre visiblemente sorprendido por la inteligencia de la niña, lo pensó un momento y le dijo: Hummm, no tengo ni idea.
¿De verdad se siente calificado para hablar de física nuclear, cuando ni de mierda sabe?
Moraleja: Cuando abra la boca, hágalo sin cagarla.


lunes, 25 de agosto de 2014

PARTIDAZO

Un hombre tenía entrada para la final de copa entre el Madrid y el Barcelona de fútbol.
Cuando se va a sentar, al empezar el partido, pregunta a otro señor: ¿Está ocupado ese asiento que está junto a Vd.?
No, está desocupado.
Es increíble que no haya venido su dueño. ¿Quién, en su sano juicio, tiene un asiento como éste, para el mayor acontecimiento del mundo, y no lo usa?
Bueno, en realidad el asiento es mío. Lo compré hace tiempo. Se supone que mi esposa me iba a acompañar, pero falleció. Ésta es la primera final en la que no vamos a estar juntos desde que nos casamos en 1972.
Oh, qué pena me da oír eso. Es terrible, pero, aun así, ¿no pudo encontrar a alguien más, no sé, un amigo, o pariente, o incluso un vecino, para que usara el asiento?
Pues no. Todos están en el entierro.


miércoles, 20 de agosto de 2014

LA CORTADORA DE PEPINOS

Luis, que trabajaba desde joven en una fábrica de conservas, un día le confesó a su mujer que tenía un impulso incontrolable de meter su pene en la cortadora de pepinos y que pasara lo que tuviera que pasar.
Espantada, su esposa le sugirió consultar con un psicólogo, pues no era normal que quisiera meter su miembro en la cortadora de pepinos.
Luis prometió meditarlo, pero continuó repitiéndole a su esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un día le dijo: Pues, mételo en la cortadora de pepinos y no me fastidies más. ¡Es tu problema!
Al día siguiente, Luis llegó a casa cabizbajo y profundamente abatido.
Su mujer, preparándose para lo peor: ¿Qué pasó?
¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene a la cortadora de pepinos?
¡Oh, no! ¡Dime que no hiciste eso!
¡Sí, lo hice!
¿Oh Dios, y qué pasó?
¡Me han despedido!
Y la cortadora de pepinos, ¿qué te hizo? ¿Te lastimó?
No. A ella también la han despedido.


viernes, 15 de agosto de 2014

CARTIER

Un hombre llega a la tienda de Cartier, en la Plaza Vendôme de París, en compañía de una joven y espléndida mujer. Juntos eligen una joya de 50.000 euros para ella.
A la hora de pagar, el hombre saca su chequera y sin pestañear, rellena un talón por el importe solicitado.
El vendedor desconfía, pues es la primera vez que ve a esta pareja en la joyería.
El hombre se da cuenta y, con mucho aplomo, le dice: Tengo el presentimiento de que Vd. cree que este talón puede ser sin fondos, ¿verdad?
Pues, sí. Piensa mal y acertarás.
Bien, haremos una cosa, como hoy es sábado y el banco está cerrado, le propongo que guarde el talón y la joya. El lunes, Vd. procede a su cobro y cuando haya cobrado el importe de la joya, la envía a casa de la señorita. ¿De acuerdo?
El vendedor, más tranquilo, accede a esta solución sin ninguna duda, asegurando que la joyería procedería al envío de la joya.
El lunes por la mañana, se procede a la presentación del talón en el banco y evidentemente no hay fondos.
Entonces el vendedor monta en cólera y llama al cliente que le responde: No se preocupe, a Vd. todo esto no le ha costado nada y yo me lo he pasado de miedo todo el fin de semana. Muchas gracias por su colaboración.