lunes, 10 de noviembre de 2014

GRANDES SOLUCIONES

Llega un señor a un hotel y: Quería una habitación.
El encargado: Sólo tengo una cama en un cuarto compartido, la cual nadie quiere porque el otro huésped ronca muy fuerte.
El señor: No hay problema, compartiré la habitación.
A la mañana siguiente el encargado: ¿Durmió bien el señor?
El señor: Perfectamente. Muchas gracias.
El encargado: ¿Y el señor de los ronquidos?
El señor: Mire, apenas entré en la habitación, le di un beso en la mejilla y una palmadita en la nalga. Se pasó toda la noche con los ojos abiertos y con el culo pegado a la pared.
Moraleja: “No hay grandes problemas sino grandes soluciones”


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