martes, 5 de julio de 2016

LA REGLA CAMPESTRE

Un abogado sale de la ciudad de cacería al campo y tiene la suerte de abatir un pato con el primer tiro. La pena es que el pato cayo en un sembradío al otro lado de la cerca.
Cuando trepaba a la cerca se le acerca un viejo granjero en su tractor: ¿Qué está haciendo? Ésta es mi tierra.
Bueno, lo que pasa es que cacé un pato y cayó en su tierra.
Lo siento, pero no puede llevárselo.
Soy un gran abogado. Le voy a meter en un pleito y voy a quedarme hasta con su tierra si no me deja entrar a recoger mi pato.
Aquí en el campo resolvemos las cosas de otra manera. Aplicamos la regla de las tres patadas.
¿Y cómo es la regla de las tres patadas?
Yo le pateo tres veces; Vd. me patea tres veces; yo lo vuelvo a patear, y así hasta que alguien se dé por vencido.
El abogado viendo que el granjero era viejo y que él estaba en forma, acepto: Está bien, empecemos.
El granjero se bajó del tractor y sin más, le dio una tremenda patada en la rodilla al abogado; antes de que se doblara, le encajó otra en sus partes y cuando el abogado se retorcía de dolor, le encajo un soberano patadón en el culo.
Al cabo de 5 minutos, el abogado con mucho esfuerzo se levantó y: Ahora me toca a mí.
No se moleste, llévese su pato me doy por vencido.


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