Los médicos
estamos acostumbrados a que nos llamen por teléfono a cualquier hora.
Una noche me despertó
un hombre a cuya esposa ya había atendido antes: Siento molestarlo tan tarde, pero creo que mi
mujer tiene apendicitis.
Aún medio
dormido, le recordé: Ya le he quitado el apéndice a su esposa hace dos años. Nadie
tiene un segundo apéndice.
Doctor, quizás
usted no haya oído hablar de un segundo apéndice pero sí de que podemos tener
una segunda esposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario