El dueño de un salón de celebraciones
vive obsesionado por las quejas de los clientes, que dicen que en cada reunión
que contratan en este salón, hay muchos "colados" (colado: que entra
a las celebraciones ajenas sin invitación).
El hombre contrata a un
"experto en colados" que le cobra muy caro, pero cuyos honorarios
decide pagar para terminar con este problema que tanto le afecta.
En el primer sábado que actúa el
“experto”, éste interrumpe la música, se sube a una tarima y dice: Perdón señores, me han contratado para eliminar a todos los
"colados" en esta celebración. Lamento los inconvenientes, pero voy a
pedirles que se pongan del lado derecho del salón quienes hayan sido invitados
por el novio.
Se produce un titubeo pero
algunos se van al lado derecho.
El "experto" agrega: Muy bien, ahora les ruego que se coloquen del lado izquierdo
del salón los que hayan sido invitados por la novia.
Muchos se quedan en el medio,
pero otros se van hacia el lado izquierdo. Los tres grupos se miran con gran
nerviosismo.
Entonces el "experto"
dice: Ahora los que están a la derecha y los que
están a la izquierda se van de aquí por atorrantes y caraduras. ¡ESTO ES UN
BAUTIZO!
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