Un chico va de compras y le pregunta al frutero: ¿Tiene naranjas?
Sí. Todas las que
quieras.
Bueno, deme un kilo
de manzanas.
Al día siguiente, vuelve: ¿Tiene sandías?
Sí. Mira todas
esas.
Bueno, deme un kilo
de fresas.
Fueron pasando los días y el frutero se encuentra con el padre del chico.
Le cuenta que su hijo todos los días le pregunta si hay una cosa y se lleva
otra.
El padre le interrumpe y: Bueno, no se haga problema que ahora llego a casa, me quito
el cinturón y lo reviento a escobazos.
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