lunes, 23 de abril de 2018

EL POLLO

El organismo de aviación americano (U.S. Federal Aviación Administration), preparó un home page, ya desactivada, describiendo uno de sus más ingeniosos dispositivos.
El mismo buscaba testear la resistencia del parabrisas de los aviones y consistía en un cañón que disparaba un pollo muerto en dirección al vidrio del avión.
El disparo era exacto y reproducía la velocidad con la cual un ave alcanzaría el avión en vuelo.
Teóricamente, si el parabrisas resistiese la prueba de impacto de la carcasa, entonces soportaría una colisión con un pájaro en un vuelo real. En la práctica, el dispositivo funcionó perfectamente, con centenas de pruebas efectuadas en los EUA.
Estudiosos gallegos, que estaban desarrollando una locomotora superveloz, encontraron ese home page y se interesaron por el cañón de pollos, pensando en aplicar la idea a los parabrisas de su nuevo tren hi-tech en fase de proyecto.
Entraron en contacto con la US-FAA, consiguieron un cañón prestado y procedieron a efectuar las pruebas. En el primer tiro, el pollo reventó el vidrio frontal del tren, quebró el panel de instrumentos, estropeo la silla del ingeniero e hirió a dos técnicos y voló hasta el fondo de la locomotora, estrellándose en la pared trasera y dejando un profundo agujero en la chapa. Los gallegos quedaron completamente perplejos con el sorprendente y violento resultado.
Documentaron la escena en detalle, reprodujeron fotos digitales, grabaron declaraciones de testigos oculares, elaboraron documentos técnicos y enviaron toda la información en un archivo "zip" a la US-FAA vía e-mail, preguntando qué era lo que habían hecho mal.
Los técnicos americanos estudiaron cuidadosamente la documentación recibida y respondieron, en un e-mail seco y directo: DESCONGELEN EL POLLO.

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