domingo, 20 de septiembre de 2015

LA TRISTE REALIDAD DEL POBRE

Manolo va a una clínica a realizarse un conteo de espermatozoides. Le dice a la recepcionista que él tiene Sanitas.
La chica le busca un frasco de vidrio y le señala una habitación. Manolo entra a la habitación y al cabo de varios minutos, sale un poco sudado, pero con la muestra de semen.
Cuando se dirige hacia la recepcionista echa un vistazo a otra habitación y observa a una enfermera masturbando a un señor.
Manolo intrigado le pregunta a la recepcionista: ¿Por qué yo tuve que arreglármela solo y a ese señor la enfermera le está ayudando?
La recepcionista: Lo que pasa es que Vd. es de Sanitas y ese señor es de pago.

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