lunes, 21 de mayo de 2018

LA MONJA EN EL PUB

Una monja, con necesidad de usar un sanitario, entra en un pub.
El local es bullicioso, con música muy alta y conversaciones de los clientes. Sin embargo cuando los clientes vieron a la monja, el salón quedó en un silencio congelante.
La monja se dirige al cantinero y pregunta: ¿Podría utilizar su servicio higiénico?
El cantinero: Ok. Pero, deseo advertirle que allí hay una estatua de un hombre desnudo, cubierto sólo con una hoja de parra, cuyo miembro viril parece muy real.
Bueno, en ese caso miraré para otro lado.
Dicho eso, el cantinero le indica donde se encuentra el baño.
Después de algunos minutos, regresa la monja y recibe un muy caluroso aplauso. Dirigiéndose al cantinero: No entiendo, ¿por qué me aplauden si sólo fui al servicio?
Bueno, bueno, ellos saben que ahora usted es una de los nuestros. ¿Le ofrezco un trago?
No, gracias. Pero, aún no logro comprender.
Riéndose, el cantinero: Hermana, cada vez que alguien levanta la hoja de parra, se apagan todas las luces. Vamos, tómese el trago.

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